
En el II Encuentro Internacional de Cooperación 2.0, realizado en Gijón, España, fue casi unánime la postura de los expertos en telecomunicaciones sobre el valor que tienen los teléfonos móviles como instrumentos para el desarrollo de países postergados.El responsable de la Iniciativa de Movilidad del Consorcio Mundial W3C, Stephane Boyera, habló de una “verdadera revolución” que vive el mundo ante el incontenible avance la industria de telefonía móvil, y que ésta ha cambiado la vida de la gente. En África y en Brasil “se abrieron nuevas formas de comunicarse y nuevas oportunidades de ingresos económicos”, y sus posibilidades de expansión no tienen límites, según explicó.
En su ponencia instó a trabajar con universidades en África y sudeste de Asia para que desarrollen programas formativos específicos en movilidad, a desplegar las herramientas necesarias en estos países en código abierto, y “si creemos que el teléfono móvil es el ordenador de África, el móvil debe ser una plataforma para crear contenido”.
A pesar de los avances en este sentido, los participantes del encuentro recalcaron la necesidad de atravesar varias barreras sociales, económicas y tecnológicas, para profundizar la democratización del acceso a las nuevas herramientas de comunicación que según dijeron permitirá el mejoramiento de la calidad de vida en países pobres.
Boyera ha asegurado que los mayores desafíos para el sector son la mejora de la conectividad, aunque resaltó la presencia de tres problemas fundamentales a resolver en forma inmediata: el analfabetismo, problemas de lenguaje y de otro tipo derivados de la internacionalización, y la insuficiencia de contenidos y servicios específicos para el móvil.
Otro de los problemas fue destacado por Jam Blom, investigador de Nokia Research Center en África e India, que dijo que a veces la falta de trasparencia de los gobiernos de los países marginados dificulta el desarrollo de las comunicaciones móviles.
Merryl Ford, gerente del Grupo de Nuevas Innovaciones del Instituto Meraka (Suráfrica), por su parte, intentó llevar a la práctica y a hechos tangibles los beneficios que pueden aportar los celulares, y presentó un proyecto para la inclusión del móvil en el sistema educativo, que consiste en una aplicación que envía información empaquetada a los niños, junto con una plataforma Wikipedia.
Oleg Petrov, coordinador del Grupo de e-Desarrollo del Banco Mundial, se sumó al “entusiasmo” generalizado por los móviles para el desarrollo, porque según destacó: “Hoy no hay de otra tecnología más potente para los pobres”. “Es la joya de la corona, el hijo recién nacido y es lógica la emoción reinante en torno a él”, agregó. Petrov ha abogado por “compartir el conocimiento” para centrarse en las aplicaciones “más prometedoras” para los móviles en el mundo subdesarrollado.